El Juego Interno lo es todo.
Autoestima, seguridad, visión positiva del mundo… De este conjunto bien enfocado puede extrapolarse un Marco auténtico capaz de transmitir, a través de una personalidad magnética y carismática, una realidad poderosa artífice de nuestros éxitos. Todo lo demás son detalles.
Creo firmemente que el mundo es reflejo directo de nuestra realidad interna, en el juego de marcos y el abrumador y a menudo desdeñado poder la intención. Así, mi visión de la seducción es muy filosófica y natural, aunque en mi estilo directo de propia configuración a menudo disfruto describiendo aspectos muy técnicos.

Para ser un poco más libre. Para cautivar al mundo y dejarse seducir por él.
Yo no soy un seductor. Sólo soy un tipo que ama a las mujeres…


lunes, 23 de marzo de 2009

El Dulce Paréntesis. Las Relaciones Estables Múltiples III

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EL DULCE PARÉNTESIS
LAS RELACIONES ESTABLES MÚLTIPLES III



Este artículo es la continuación de Chubascos en el Paraíso. Las Relaciones Estables Múltiples II

El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde es una de mis novelas favoritas. En ella goza de importante protagonismo un noble de lo más carismático llamado Lord Henry, deliciosamente cínico y dotado de una labia endiablada, que ofrece a todo aquel que le rodea intrincadas filosofías y curiosos aforismos. En una ocasión, asegura que la fidelidad conyugal se produce, en el caso de los hombres, porque estos están cansados y, en el caso de las mujeres, porque sienten curiosidad. Unos y otros, asegura, acaban decepcionados.

Voy a haceros una confesión. Desde que me sumergí en el mundo de las Artes del Corazón y comencé a cultivar y desarrollar mis habilidades seductoras he temido el momento en que llegara a conquistar a una fémina lo suficientemente maravillosa como para satisfacer mis infladas exigencias, logrando así ella que me planteara la posibilidad de una relación exclusiva. Secretamente, esperaba con aprensión el día en que tuviera que elegir entre este estilo de vida que tantísimo me ha hecho crecer –que tantas puertas y, por qué no decirlo, también piernas femeninas, me ha abierto– y el dulce retiro que me ofrecía la chica ideal que había conocido.
Sin embargo, como formulaba en el artículo que precede a este que ahora leéis: "cuando tenemos acceso a chicas que nos entusiasman de verdad, que nos maravillan, ¿cuánto tiempo podemos resistirnos a una Relación Estable? ¿Hasta cuándo podemos escapar a ese acariciante retiro?"
Es maravilloso ser un seductor activo y desapegado; comienzas a experimentar una vertiginosa progresión geométrica y ves como se derrumban las viejas limitaciones. Creces enormemente a nivel personal, aprendiendo constantemente de ti mismo y de la perspectiva que te ofrece cada chica que conquistas –o te rechaza, pues también de estas situaciones se obtienen jugosas conclusiones–. Te sientes cada vez más libre y destierras toda clase de dependencia (al menos, siempre y cuando seas capaz de mantener a raya la identificación y la autoadoración) a la vez que vives con el estímulo y la excitación que ofrece la novedad. Nueva chica, nuevo cuerpo que explorar, nueva mente que descubrir, nuevas lecciones que aprender… Esto es un tesoro, y por este motivo estoy inmerso en el mundo de la seducción.

Debido a estos pensamientos, los dos textos anteriores han sido dedicados al fascinante y enriquecedor mundo de las Relaciones Estables Múltiples, cómo instalarlas, mantenerlas y saborearlas. Sin embargo, en el presente artículo voy a hablar de esa chica que logra abrirse paso entre todas las demás, de ELLA, la que podría convertirse en nuestra Relación Estable.
Cuando has conocido a una persona tan estupenda y con la que te sientes tan a gusto, alguien con quien crees que puedes experimentar un crecimiento mutuo y compartir al menos una parte de ese largo camino que es nuestra vida ¿Por qué no mantener con ella una relación exclusiva por muy hábiles en el mundo de la seducción que seamos?
Personalmente, llegue a creer que, manteniendo una Relación Estable, estaría perdiéndome algo: la oportunidad de continuar conociendo chicas mejores y manteniendo Relaciones Estables Múltiples más excitantes. También temía que, en mi retiro conyugal, las habilidades que había desarrollado se atrofiaran y gran parte de lo que había logrado construir se perdiera.
Sin embargo, es cierto que la experiencia de la auténtica Relación Estable, ese reconocimiento recíproco, no puede encontrarse en otro lugar.

A tenor de estos asuntos, me resultó muy revelador leer en su momento a Marcia Grad –en su libro titulado Carisma, una obra más que recomendable–. Esta, hablaba de lo erróneo de pretender la perfección de la pareja. Que nadie se rasgue las vestiduras todavía, pues ya son muchas las veces que he proclamado y realizado apología acerca de tener selectos estándares y confiadas exigencias en cuanto a chicas se refiere (calidad frente a cantidad, sin lugar a dudas). Marcia Grad no habla en ningún momento de conformismo, sino de que ninguna pareja va a satisfacer absolutamente todas nuestras necesidades sociales; exigirle por tanto tamaña responsabilidad seguramente acabará por abrumarla y, culpándola de nuestras decepciones, una relación que de otro modo podría ser tremendamente enriquecedora se deteriorará rápidamente.
Así como tenemos un amigo con quien practicar nuestro deporte favorito, otro al que acudimos para hablar de nuestros pesares y otro con quien salir a reír y disfrutar de una noche de fin de semana, nuestra pareja nunca debería ser considerada como alguien capaz de abarcar y satisfacernos en todas estas áreas; al contrario, un tipo carismático sustenta estas necesidades en una cuidadosa selección de círculos sociales –amigos, familiares, etc.– de los que la pareja es solo una pieza más, que aunque especialmente valorada e importante, nunca podría sustituir a las demás (o no debería hacerlo, aunque por desgracia todos conocemos el caso de noviazgos dependientes y absorbentes con importantes dosis de disfuncionalidad).
En lugar de pretender hallar la perfección –inexistente en la naturaleza–, Marcia nos anima a considerar qué características son imprescindibles por deseables en una posible pareja estable y, por el contrario, qué defectos (pues todos contamos con una nutrida gama de ellos) somos incapaces de admitir en ella. Cuando alguien se ajuste a estos esquemas, quizás intentar una estabilidad pueda merecer la pena.

En cualquier caso, es importante escapar de los tóxicos y limitadores condicionantes sociales, completamente obsoletos, que nos hacen pensar en el noviazgo como una antesala al matrimonio. Esta idea nos aterra a los practicantes de las Artes del Corazón, pues supone cerrar alrededor de nuestros miembros –estoy hablando de las muñecas, mentes maliciosas– un grueso y pesado grillete, dorado, pero un grillete al fin y al cabo.
Con frecuencia se dice tras una ruptura que la relación larga “salió mal” ¿Por qué diablos ha salido mal? ¿Porque no ha acabado en boda? Desde mi punto de vista, una relación habrá fracasado no cuando llegue naturalmente a su fin, sino en el caso de que no haya habido aportes mutuos ni aprendizaje alguno.
Cambiemos esta perspectiva –en mi caso, dicha concepción me ha alejado temeroso de la estabilidad de pareja desde siempre y me ha supuesto una dificultad importante de cara a comprometerme– y consideremos un noviazgo como caminar juntos durante un periodo variable de tiempo, no como colocarnos forzados el grillete de la esclavitud emocional.
Perfectamente podemos vivir con alegría unos meses de Relación Estable exclusiva y, pasado este tiempo, regresar al campo a recuperar la agilidad perdida sin arrepentimiento ni herida emocional, sino una experiencia y un precioso recuerdo, puede que incluso una amistad duradera (fue precisamente una queridísima REM la que me hizo creer y desear que todas mis relaciones caducas acabasen en una amistad; al fin y al cabo, elegí a esas chicas por ser maravillosas, y por mi parte merece la pena intentarlo).


Ahora es mi deseo elevar una señal de peligro, puesto que con demasiada frecuencia he sido testigo de relaciones tremendamente disfuncionales, en el caso de buenos amigos y conocidos, y también dentro de la Comunidad a lo largo de mi etapa de foro.
Una relación exclusiva debe ser construida desde el crecimiento mutuo, no desde el temor por perder a nuestra pareja. Sin embargo, los seres humanos con frecuencia tendemos a cerrar una celosa exclusividad por este último y tóxico motivo, forjando poderosas dependencias emocionales que deterioran muy profundamente nuestro Juego Interno y hacen voluble nuestra autoestima (como sabéis, la autodependencia emocional es para mí uno de los tres pilares fundamentales de una realidad interna sólida y sana).
Por este motivo, cuando uno siente de pronto la necesidad apremiante de “cerrar el trato de fidelidad” y se encuentra a sí mismo preocupándose paranoico acerca de las posibles intenciones de su chica con otros hombres, algo está fallando.
Por supuesto que esta clase de inducción a la relación estable es propia de personas con un Juego Interno débil (baja autoestima e ineptitud emocional que los lleva a edificar rápidas dependencias en todo, no solo las mujeres) y aquejadas por una profunda Mentalidad de Escasez, fruto de inseguridad y dudas acerca de la propia capacidad para seducir o gustar a aquellas del bonito sexo opuesto.

Cosas así no solo ocurren en los hombres, sino también en las mujeres que, por ser con frecuencia más emocionales, muchas veces se ven encerradas en una relación ancestral con un tipo mediocre de la que no se atreven a salir por miedo a encontrarse solas. La identificación egótica con el papel de “novia” y la dependencia emocional que mantienen con el tipo en cuestión hacen que una posible ruptura sea para ellas como una auténtica mutilación de su psique. Estas son las chicas con novio a las que seducimos por las noches y, puesto que no entiendo porqué debemos respetar las relaciones ajenas (pues es precisamente ella la que debe decidir estas cosas y no nosotros), os animo a que liberéis tantas de estas almas como os sea posible, mis queridos seductores. Al fin y al cabo, si una chica mantiene una Relación Estable satisfactoria y enriquecedora, no os besará por muy buen Juego que seáis capaces de desplegar.
A mis Relaciones Estables Múltiples más atractivas les entran chicos constantemente con la sana intención de seducirlas. De hecho una de ellas, que frecuenta un lugar madrileño famoso por su afluencia de seductores, a menudo me cuenta anécdotas en las que un iniciado en estas artes le dedica un abridor descalibrado o un nega mal escogido (por si tenéis dudas, nunca le he hablado acerca de la Comunidad de seducción).
Precisamente, el hecho de que a mi no parezca importarme si ellas ligan o no es una situación nueva que las desconcierta profundamente, pues están acostumbradas a toda una legión de hombres deseando forjar con ellas una relación exclusiva cuanto antes; el efecto que este desconcierto provoca en las chicas con las que mantenemos una REM a menudo ocasiona, por un lado, temor a la pérdida y duda acerca de sí mismas al interpretar una sobrada confianza en aquel a quien pretenden y, por otro, el intenso deseo de ganarse la fidelidad de este chico tan confiado y diferente (principio muy básico en seducción que nos habla de cómo los seres humanos deseamos lo que no tenemos y despreciamos con frecuencia aquello que nos está asegurado). La manera de lidiar con estos dos obstáculos ya la trataba en el artículo anterior.

Todo esto me recuerda la llamada Teoría del Reconocimiento, que descubrí de la mano de Jorge Bucay en su libro El Camino del Encuentro. Dicha hipótesis, referida a los mecanismos en que se forjan las parejas, se centra en cómo la relación con el otro incrementa la valoración que tengo de mi mismo, es decir, se basa en el orgullo egótico de ser necesitado por alguien codiciado.
Esta dinámica como madre de la Relación Estable implica una fortísima dependencia emocional –que, si bien ya la juzgamos indeseable de cara a las Relaciones Estables Múltiples, con mayor motivo lo será en las que son únicas y exclusivas– y afecta al autoconcepto haciéndolo peligrosamente volátil, a la vez que, con el devenir del tiempo, forja una dura adicción por parte de nuestro ego traicionero que terminará siendo muy dolorosa y perjudicial (especialmente en el caso de ruptura, o cuando la relación deje de ser nutricia); construir una relación sobre la dependencia emocional no tardará en convertirnos en lisiados sentimentales. Sin embargo, no por estar reñida con la asertividad (aunque os adelanto que, en pequeñas dosis, su estímulo está muy relacionado con la cualificación como técnica, aunque eso ya es material para otros textos) la Teoría del Reconocimiento es menos frecuente; prevengámonos frente a toda esta clase de disfunciones, claro que si, pero es perfectamente posible realizar una elección higiénica de nuestra compañera ideal partiendo del estilo de vida propio de un seductor eficaz.


Siendo sincero, creo firmemente que las Relaciones Estables Múltiples (periodo activo y desapegado del seductor) y la Relación Estable exclusiva (periodo inactivo, aunque únicamente desde el punto de vista más superficial de todo esto) configuran un ciclo y son indisociables la una de las otras partiendo de una realidad armónica.
Quizás Lord Henry, el personaje de Oscar Wilde, tuviera razón cuando aseguraba que el varón da el paso hacia la fidelidad movido por el aburrimiento y el cansancio, o quizás necesitemos de la perspectiva que nos otorgan ambas posiciones para continuar creciendo como individuos, y también como seductores (soy más partidario de esta última forma personal de enfocar el asunto).
Al fin y al cabo, lo cierto es que la estabilidad real no existe.
Todo en la vida y la naturaleza sigue un ciclo de crecimiento y destrucción –aceptar esto, el cambio, es un camino necesario para alcanzar la felicidad y una exigencia para construir un Juego Interno fuerte–, y al igual que la planta pierde su verdor y agoniza en los meses más fríos para resurgir con la llegada de la primavera más frondosa y colorida que nunca, empiezo a pensar que no hay Relaciones Estables Múltiples sin relación exclusiva. Del mismo modo, ninguna Relación Estable dura tal como la forjamos eternamente, aunque el ser humano se haya empeñado en que así sea para garantizar la estructura social que tenemos hoy en día.
Este artículo es especialmente importante para mí, pues a través de estas reflexiones creo haber asimilado algo importante acerca de la exclusividad y, del mismo modo, haber perdido también el temor y rechazo categórico al compromiso. Quizás esté preparado ya para una Relación Estable, sin tener que renunciar a las Artes del Corazón en un sentido amplio.

Evitar besar y acostarnos con otras mujeres no nos impide necesariamente jugar a seducirlas –aunque sí es cierto que limita en gran medida el uso de determinadas técnicas–. Del mismo modo, estos periodos pueden ser aprovechados para el implemento de otras facetas y características no relacionadas directamente con la obtención de los cálidos placeres que esconden las damas entre las piernas (como lo son precisamente el Juego Interno, la personalidad y el resto de habilidades sociales).
Se puede llegar muy lejos en una interacción sin llegar al encuentro íntimo ¿Qué hay de malo en ser lo que en el argot más mundano llamamos un “calienta bragas”?


En síntesis. Así como la búsqueda desesperada de un noviazgo aleja al varón de su sistema de estándares y lo lleva a erigir peligrosas dependencias, acercándolo y alimentado aún más la existente ineptitud emocional y social, el rechazo categórico hacia la Relación Estable tampoco está exento de disfuncionalidad. Es importante, por tanto, dejar de considerar el emparejamiento exclusivo como un pacto eterno y debilitante, o en cuyo nombre tengamos que realizar sacrificios.
Perfectamente podemos retirarnos una temporada y renunciar a los besos de tantas; tan pronto como la balanza vuelva a decantarse hacia el aparente desapego de las Relaciones Estables Múltiples, seremos libres de regresar con alegría al terreno de juego –eso sí, con el recuerdo de una bonita historia y una nueva lección aprendida–. Mientras tanto, nada nos impide permanecer calentando en la banda…

Fin
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5 comentarios:

Vandervil dijo...

Amigo Henky, ahora si que puedo decirte que entiendo perfectamente este articulo y lo que quieres expresar en el. De echo sabes que ando ahora mismo estoy en la situación de si seguir con una rem, dejarla o pasar a tener una relacion estable con ella.

Y leyendo me has aclarado algunas dudas, como la de por que no tener un dulce paréntesis con una chica que te gusta y te llena plenamente, sin miedo a pensar que mis habilidades aprendidas hasta el momento puedan oxidarse y si en un mes, dos o los que sean ya no me sigue llenando volver al tal y como lo deje pero con una nueva experiencia.

Un abrazo y ya hablamos.

Sinner dijo...

Mi querido amigo!! Qué de tiempo he tenido abandonado tu espacio, pero no por ello, olvidado ;o)

Me encanta leerte y me alegra mucho lo que he leído pues veo que una vez más, tus decisiones y escritos, son siempre motivados por la plena libertad que te das a ti mismo para dirigir tu vida.

En esta ocasión además, he de decirte que tu escrito, me pilla en un momento muy apto para mis reflexiones... personalmente, creo que tod@s necesitamos algún "retiro espiritual" (por así decirlo), lo que creo más importante, es elegir a la persona más adecuada con la que queremos compartir dicho retiro. Elección, que no suele ser fácil, pero antes o después, a tod@s se nos suele cruzar esa ELLA/ÉL por el camino, una persona que activa nuestros instintos y habilidades de forma diferente a como lo hace la mayoría.

Personalmente creo que, como muy bien has comentado, la diferencia entre REM y RE, de forma más mayoritaria es la cantidad. Sin embargo, en una RE, creo que las habilidades seductoras tal vez no sólo se mantengan, sino que incluso se vean aumentadas en ciertos aspectos (como puede ser: evitar una monotonía, luchar por no dejar que el aumento de confianza se adueñe de terrenos que sólo le corresponden a la persona a pesar de encontrarse en una RE, ...).

Voy a mal citarte un libro, que también es muy bueno: "Con el amor, no basta". Pongo mal citar, porque tengo el nombre del autor en la punta de la lengua y no hay forma que me venga, jajajajaja. Este, no es un libro de lectura cotidiana, más bien es un libro de texto de psicología (en concreto, de terapia de pareja) pero muy muy útil para la vida de las parejas.

A grandes rasgos, comenta como las personas creen que una pareja se sostiene sólo por los sentimientos y la realidad, es muy distinta. Probablemente, su homólogo en lectura amena o de bolsillo, sea el que has mencionado de MArcia Gray.

Una vez más, me lio a escribir y no paro, jajajajaja.

Mi querido Henky, un abrazo muy fuerte y en breves, intentaré pasar por el infierno, que hay que regarlo!! :o)

Un besazo!!!

Henky dijo...

Desde luego, eliminar el conflicto interno es una prioridad para una buena realidad interior armónica. Quizás la esencia de este texto sea esa, que debemos perseguir nuestros deseos y pasar por encima de los objetivos contrapuestos, y si lo que ahora deseas es una RE, el miedo al adocenamiento no debería suponer un impedimento para que explores esta nueva experiencia. Una relación exclusiva NO es algo definitivo, aunque los condicionantes sociales pretendan hacernos creer que si; eres dueño de tu propio presente.
No es mi momento, pero cuando lo sea, confío en tener esto claro.

Amiga Sinner, hablas de algunos puntos que pueden suponernos un reto, como luchar contra la monotonía y mantener un delicado equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”; me llama la atención porque precisamente pienso que la concepción de “nosotros” como unidad identificativa es bastante ponzoñosa y, en sí misma, la causa de que muchas RE estén tan profundamente marcadas por la dependencia en lugar de estarlo por la fascinación.
Una relación estable no significa fusionarse con otro, perder o adaptar la propia identidad, ni siquiera meterse uno mismo en una jaula de la que no sabe cuándo saldrá, si es que sale.
Se trata de algo que pertenece a tu situación de vida, y eres libre de disfrutarlo o desecharlo llegado el momento sin ningún resquemor ni sentimiento de mutilación.

Amigo Vander, me alegro mucho de que leer mis textos te resulte útil, ¡un fuerte abrazo y gracias por comentar!

Mi risueña Sinner, ya sabes que siempre eres bienvenida en los Infiernos ¡Gracias por contribuir en mi espacio con tu interesante perspectiva! ¡Un besazo!

Billie Jean dijo...

Henky, llevo tiempo leyendo tu blog y qué menos que un comentario para darte las gracias por todo lo que he aprendido con tus artículos. ¡Tus textos valen oro!

Desde que leo (y reflexiono) tu blog he aprendido a conocerme mejor a mí mismo, dando de lado mi orgullo (que no amor propio) y reconociendo y corrigiendo mis defectos y potenciando mis virtudes, a la vez que experimento un estado de paz interior difícil de conseguir con celos, paranoias, orgullo y, en general, pensamientos negativos.

Muchas gracias otra vez, y sigue así.

Un saludo.

Henky dijo...

Amigo Billie Jean (llevas el nombre de una gran canción), muchas gracias por la deferencia.

La verdad es que es muy satisfactorio para mí esto que me haces saber, me alegra mucho que la lectura de este blog logre aportar cosas tan positivas como esas que mencionas.

Un fuerte abrazo y gracias por comentar